miércoles, 27 de enero de 2010

2. EL PAPEL DE LA MUJER EN LA LITERATURA MASCULINA

 A. LA MUJER EN EL MUNDO CLÁSICO: GRECIA Y ROMA 

1. LA MUJER EN EL MUNDO CLÁSICO 
 La mujer en la sociedad clásica está sometida a la tutela del varón. Su función se limita a asegurar la legitimidad de la descendencia y lo que se espera de ella es que permanezca en el gineceo y se haga cargo de las tareas del hogar.  Si bien en Homero algunas mujeres son tratadas con una cierta dignidad (Hécuba y Andrómana en La Ilíada, Penélope y Helena en La Odisea), las mujeres son consideradas como algo peligroso y temible que conviene controlar para evitar las desgracias: la Guerra de Troya fue provocada por la infidelidad de una mujer. La literatura posterior hasta el s. V a C. es, con la excepción de Safo, completamente misógina. 
 Son frecuentes las tragedias con temática femenina: 
 - ESQUILO: En La Orestíada se representa la venganza de la mujer esposa y madre cuando se ha abusado de sus derechos: Clitemnestra mata a Agamenón por haber sacrificado a su hija Ifigenia para ir a la guerra. 
- SÓFOCLES: En Electra es la protagonista la que anima a su hermano a la venganza, y en Antígona es una joven quien se enfrenta al poder del Estado ostentado por un hombre para cumplir con las leyes divinas, tal y como le dicta su conciencia. 
- EURÍPIDES pone en escena el conflicto social que plantea el punto de vista femenino: en Hipólito se plantea el amor de una mujer mayor por un hombre joven, en Troyanas se presentan los horrores de la guerra a través de las palabras de las vencidas, y en Medea una mujer hace un lúcido examen de lo injusta y lamentable que es la situación de las mujeres. 
 "De todas las criaturas que tienen mente y alma  no hay especie más mísera que la de las mujeres. 
Primero han de acopiar dinero con que compren  un marido que en amo se torne de sus cuerpos,  lo cual es ya la cosa más dolorosa que hay [...]  nosotras nadie más a quien mirar tenemos.  Y dicen que vivimos en casa una existencia  segura mientras ellos con la lanza combaten, mas sin razón: tres veces formar con el escudo  preferiría yo antes que parir una sola".
 
B. LA EDAD MEDIA 
La mujer en la Edad Media tenía una posición supeditada al hombre. De ser una posesión de su padre, pasaba, tras casarse, a pertenecer al marido. Será considerada un ser inferior en inteligencia y cualidades. 
 1) AL-ANDALUS La base para el estudio de la mujer es El collar de la paloma de Ibn Hazm (s. XI). El eje central de El collar de la paloma es analizar la íntima relación entre el amor humano y el amor divino, o las diferentes formas que toma el Amor Divino. Para Ibn Hazm o Ibn Arabi el amor humano es expresión del Amor Divino. Ibn Hazm empieza hablándonos de las trampas del amor humano y de los innumerables obstáculos del sendero amoroso: nos habla de una guerra interior (yihad), mediante la cual el amante verdadero adquiere el sentido de la imagen pura de su bienamada; esta imagen será, simultáneamente, Arquetipo Celeste y Teofanía de Allah. Dice Victor Danner (prólogo de El collar de la paloma del alma), « La mujer es en este contexto (el Islam), deviene una manifestación del eterno femenino, siendo, al mismo, tiempo, un objeto de placer, o, más bien, el Objeto de placer, en un sentido misteriosamente divino, sin que esto en modo alguno implique un culto exagerado de la sexualidad a la manera de las nociones psicológicas modernas. Todo es un asunto de equilibrio; el objeto de placer deja de ser un obstáculo en el camino y se convierte en todo lo contrario, en un apoyo simbólico otorgado por la Ley que proviene del Cielo, y por el camino contemplativo. Esto es cierto sólo para el contemplativo que vive dentro del marco de la Ley; y es cierto porque la Ley imprime sobre el acto conyugal el sello de la aprobación celestial, suprimiendo así toda posible duda o vacilación.» 

 2) REINOS CRISTIANOS
 - Misoginia. El vituperio contra las mujeres aparece unida a la titulada Il Corbaccio (c. 1355) de Giovanni Boccaccio, que también fue centro de las críticas de la mayoría de “los defensores de las excelencias del sexo femenino” Aparece unida al tema del amor y al del feudalismo. 
 “La mujer es una animal imperfecto, agitado por mil pasiones desagradables y abominables hasta en el recuerdo, no ya en la conversación: lo que si los hombres mirasen como debían, no de otra manera se acercarían a ellas, ni con otro deleite y apetito que como van a las naturales e inevitables necesidades; el lugar de las cuales, depuesto el superfluo peso, como presurosamente huyen, así el de ellas huirían habiendo hecho aquello por lo cual se restaura la desaparición de la humana prole; tal como los demás animales, en esto mucho más sabio que los hombres, hacen” 
                             Boccaccio, G. (c. 1343) / (c. 1380), Elegía de Doña Fiameta / Corbacho 
Sus argumentos pasaron a formar parte del pensamiento misógino castellano, entre cuyos autores destacaron: Alfonso Martínez de Toledo, Pere de Torroellas, Hernán Mexía, Fr. Iñigo de Mendoza, Ambrosio de Montesino y Fernando de Rojas. 
 “Dos cosas son de notar: ni nunca hembra harta de bienes se vido, ni beudo harto de vino, que cuanto más bebe, más ha sed. Por tanto, la mujer que mal usa e mala es, no solamente avariciosa es hallada, más aún envidiosa, maldiciente, ladrona, golosa, en sus dichos no constante, cuchillo de dos tajos, inobediente, contraria de lo que le mandan e viedan, superbiosa, vanagloriosa, mentirosa, amadora de vino la que lo una vez gusta, parlera, de secretos descobridera, lujuriosa, raíz de todo mal e a todos males hacer mucho aparejada, contra el varón firme amor no teniente. Esto es de la mala o malas; que es dicho que las buenas no han par ni que decir mal dellas; antes como espejo son puestas a los que miran." (Martínez 109). 
 - Los dos modelos femeninos principales son la bella dama sin piedad y la mujer ingeniosa 
    a.- La bella dama sin piedad. La mujer es la protagonista de las poesías trovadorescas. Los trovadores la consideran como un ser superior, frente al desprecio habitual que se mostraba hacia ésta, igualando su condición con la del señor feudal. Por ello, en las relaciones del poeta y la dama se emplea constantemente el léxico feudal: el trovador llama a la dama Midons (“mi señor”). Servir se convertirá en sinónimo de amar. Como la doncella no puede tener vasallos y el enamorado es un vasallo, los trovadores dirigen sus atenciones a las damas casadas. Esto hace que la relación sea secreta pues se comprometería el honor de la dama y la vida del poeta. Esto nos hace comprender el surgimiento de la figura de la “bella dama sin piedad” (título de un poema de Alan Chartier –siglo XIV-). La mujer rechazará los asedios amorosos ya que comprometen su honor : 
"Que siempre me deteste el amor que os prohíbe a mí si alguna vez el corazón desvío hacia otro afecto. Me habéis tomado la sonrisa y dado pesar: más grave martirio ningún hombre siente; porque yo más anhelo que a ninguna otra cosa que en el mundo esté rehúso e ignoro y maltrato en apariencia; todo lo que hago por temor y de buena fe de tener, incluso cuando no os veo. 
 En la memoria tengo la cara y la dulce sonrisa, vuestro valor y el hermoso cuerpo blanco y liso; si en mi creencia fuera tan fiel a Dios, vivo sin duda entraría en el paraíso; que así estoy de todo corazón rendido que otra no me da gozo; que a ninguna otra de las más señoriales yo no le pediría yacer ni ser su amante a cambio de un saludo vuestro. 
Todo el día siento el deseo, tanto me gusta el encantamiento de vos al que estoy sometido. Bien me parece que me vence vuestro amor, que antes que os viera era mi pensamiento amaros y serviros; así he estado sol, sin ninguna ayuda con vos, y he perdido muchos favores: ¡Quién quiera que los tome! Que a mí me place más esperaros, sin ningún acuerdo conocido ya que de vos me ha venido el gozo." ( Guillermo de Cabestany)
     b.- La mujer ingeniosa. Geoffrey Chaucer escribe en el siglo XIII los Cuentos de Canterbury. Consta de diez secciones. En ella se retratan humorísticamente todos los sectores de la sociedad.. La sección tercera trata sobre las tensiones de la vida matrimonial. El amor está fuertemente jerarquizado: La esposa debe estar sujeta al marido, Contra esta condición protestará la llamada “Comadre de Bath”. El cuento de doña Alicia mostrará como principal deseo de la mujer dominar al hombre en el amor. Su experiencia personal le da derecho a hablar del matrimonio con pleno desparpajo: “¡Bendito sea Dios que ha permitido que me case cinco veces! Me apoderé de lo mejor que guardaban en el fondo de sus bolsas y en sus cajas fuertes” (Chaucer, 1995:196). 
 La descripción de las relaciones con sus maridos se encuadra dentro del debate matrimonial y permite esbozar el papel de la relación sexual en un contexto más global. Las siguientes citas son harto significativas: 
"Tres de mis esposos me salieron buenos, y dos, malos. Los tres buenos eran ricos y viejos, y a duras penas podían mantener vigente el contrato de nuestra unión [...] que Dios me perdone por ponerme a reír cuán despiadadamente les hacía trabajar por las noches." (Chaucer, 1995: 200) 
"Les goberné tan bien a mi propio aire, que cada uno de ellos fue totalmente feliz; siempre estaban dispuestos a traerme cosas bonitas de la feria. ¡Qué contentos se ponían cuando les hablaba con suavidad! Pues solamente Dios sabe con cuánta saña les reñía." (Chaucer, 1995: 200) 
"Una mujer sensata solamente se preocupa de conquistar amor allí donde no lo hay. Pero yo los tenía en el saco pues ya me habían dado todas sus tierras. Entonces, ¡por qué molestarme en complacerles excepto para mi propio provecho y diversión? Palabra que los trabajé bien (más de una noche les hice aullar)" (Chaucer, 1995: 200) 
 Otros relatos que reflejan este intento de dominio de la mujer sobre el hombre aparece también en los fabliaux franceses y en el Decamerón de Bocaccio, donde serán objeto de reflexión en el prólogo inicial. “ Ocurre, además, que las mujeres dirigidas por las voluntades de los padres, madres, hermanos y maridos no poseen libertad para elegir los placeres y, es más, permanecen la mayoría del tiempo recluidas en el círculo reducido de sus habitaciones, permaneciendo casi ociosas, deseando cosas que al cabo de media hora desprecian” Giovanni Boccaccio: El Dcamerón 

 C. RENACIMIENTO Y CLASICISMO 
 - El debate sobre la mujer 
 Se continúa debatiendo su comportamiento aunque con menos misoginia y mayor idealización. Su defensa aparece en El cortesano: “Los hombres siempre fueron cortos en escribir las excelencias de las mujeres, hallaréis que no han sido ellas ni son menos valerosas que ellos [… Pues Acerca De las letras ¿no se os acuerda haber leído de muchas que han alcanzado a ser muy sabias en filosofía; de otras que han sido excelentísimas en poesía, y de otras tan entendidas en leyes que abogaban públicamente, y acusaban y defendían elocuentísimamente delante de los jueces?" (Baltasar de Castiglione , El cortesano) 
A pesar de todo, a la mujer se le sigue obligando a seguir un determinado código de comportamiento para agradar al hombre y alcanzar la perfección 
 - La locura femenina 
Es un motivo recurrente en muchas obras del XVII y se extenderá a lo largo de los siglos siguientes. Esta locura suele causarla un revés amoroso o el remordimiento de una mala acción. Por ejemplo: Macbeth en la escena en la que la reina se levanta del lecho e intenta quitarse la mancha de sangre causada por el regicidio cometido con la ayuda de su esposo. La mancha de sangre es simbólica
" ¿Qué hace ahora? ¡Qué modo de frotarse las manos! 
DAMA Es costumbre suya; parece como si se las estuviera lavando; la he visto insistiendo en esa ocupación todo un cuarto de hora seguido. 
LADY MACBETH Todavía tengo aquí una mancha. 
MÉDICO ¡Atención, que está hablando! Voy a anotar todo lo que diga; de esa manera lo recordaré mejor. 
LADY MACBETH ¡Bórrate, endiablada mancha! ¡Bórrate, digo! ... Una ... dos ... ¡el momento de hacerlo! ¡Oh, lóbrego infierno! ¡Vergüenza, mi señor, qué deshonra! Soldado ... ¡Y cobarde! ¿Por qué hemos de temer que se sepa, cuando nadie puede pedirnos cuenta de ello? ... ¡Quién hubiera pensado que aquel anciano tuviese tanta sangre! 
                                                                                (Shakespeare: Macbeth, Quinto acto)
   Otra mujer loca es Ofelia, obligada por su padre a terminar la relación con Hamlet. Cuando éste mata a su padre, ella se vuelve loca .
" REY ¿Cuánto hace que está así? 
OFELIA Espero que todo irá bien. Hay que tener paciencia. Pero lloro sin remedio de pensar que lo enterraron en la fría tierra. Mi hermano ha de saberlo. Así que gracias por el buen consejo. ¡Vamos, mi carruaje! Buenas noches, señoras, buenas noches, buenas noches. 
REY Síguela de cerca. Vigílala bien, te lo ruego.  Ah, este es el veneno de la honda tristeza; todo viene de la muerte de su padre. ¡Ah, Gertrudis! Las penas nunca vienen como espías de avanzada, sino en batallones." (Shakespeare: Hamlet: acto IV)
 "OFELIA [canta] Su ataúd descubierto va, ay, nony, nony, no, nony, no, y en la tumba le lloran ya. Adiós, mi paloma. 
 LAERTES Si estuvieras en tu juicio y clamases venganza, no conmoverías tanto. 
 OFELIA Vos cantad "Do re dó", y vos "Do re fá". ¡Ah, qué bien le va el estribillo! El pérfido mayordomo raptó a la hija del amo. 
LAERTES Ese absurdo dice mucho."

 4. EL SIGLO XVIII 
 La lectura fue para las mujeres una experiencia con múltiples significados: 
 - instrumento de aprendizaje doméstico 
 - disciplina moral 
 - mecanismo de evasión 
 - llave de acceso al mundo del saber y desprestigio intelectual o, en palabras de Josefa Amar, de la «fama y gloria inmortal». 
Entre ellas pueden apreciarse algunos elementos comunes: 
 - ocasión para el retiro y el recogimiento, la intimidad y la soledad; 
 - una práctica de afirmación personal de su independencia y autonomía de criterio; un rasgo que las identifica y las distingue como mujeres de letras, con capacidad y aspiraciones intelectuales.
 El héroe masculino aparece más humanizado. los principales representantes de éste son el filósofo y el aventurero. 
Aparece un nuevo tipo de novelas, el género epistolar como   Julia o la nueva Eloísa, cartas de dos amantes que vivieron en una pequeña ciudad al pie de los Alpes, recogidas y publicadas por Jean Jacques Rousseau
Triunfa la literatura galante: Son más numerosos los casos de libertinas felices e incluso admiradas.: 
- Las amistades peligrosas de Pierre Ambroise Choderlos de Laclos. La marquesa de Merteuil es la protagonista de esta obra. Se abandona a los excesos de una obsesión erótica, sin fingir ser lo que no es. Su condena final es, en el fondo, un desenlace moralizador 

 5. EL SIGLO XIX . EL ROMANTICISMO 
La mujer se convierte en la principal receptora de la literatura. Por ello va a tener un papel muy importante como protagonista de las novelas. La desconfianza ante la nueva mujer escritora que surge y la mujer lectora a veces es fomentada por la misma mujer. 
El hombre romántico elige los siguientes modelos de su mujer : 
a) La mujer-ángel : Pura, bella y buena. 
 Ejemplo de ello es Margarita, la coprotagonista de la obra teatral Fausto de Goethe. Fausto se enamora de Margarita en cuanto la ve pero Mefistófeles le informa de que no tiene poder sobre una criatura tan celestial 
"FAUSTO.–Mi linda señorita, ¿podría yo atreverme a ofreceros mi brazo y mi compañía? MARGARITA.–Ni soy señorita ni linda; puedo ir a casa sin escolta. (Se aparta y vase.) 
FAUSTO.–¡Por el cielo, que es hermosa esa chica! ¡Jamás vi nada que se le pareciera! ¡Es tan decente y virtuosa y al mismo tiempo tiene algo de pizpireta! ¡La grana de sus labios, la luz de sus mejillas no las olvidaré en tanto dure el mundo! ¡Al bajar los ojos quedóseme profundamente grabada en el corazón, y el que sea tan reservada viene a colmar su hechizo! (A Mefistófeles, que llega.) Oye: tienes que proporcionarme a esa muchacha. 
MEFISTÓFELES.–¿Cuál? 
FAUSTO.–La que acaba de pasar por aquí. 
MEFISTÓFELES.–¿Esa? Pero si venía ahora del confesor, que la absolvió de todos sus pecados, que yo me escurrí detrás del confesionario. Es una chica la mar de inocente, que ni necesidad tendría de confesarse; sobre ella no tengo yo ningún poder. 
FAUSTO.–Sin embargo, ya pasa de los catorce. […] 
MEFISTÓFELES.–Ahora, bromas y cuchufletas aparte. Os digo que con esa chica no se puede ir deprisa. Por la tremenda no se consigue ahí nada; hemos de valernos de la astucia. 
FAUSTO.–¡Tráeme algo de ese tesoro angelical! ¡Llévame junto a su lecho! ¡Proporcióname una cinta de las que le ciñen el busto, una media de mi adorada! 
MEFISTÓFELES.–Para que veáis que me intereso por vuestras cuitas y quiero serviros, no perderemos un instante y hoy mismo os introduciré en su aposento." 
 b) la mujer misteriosa .
Convertida en criatura sobrenatural se irá transmutando poco a poco en una mujer fatal. 
En los relatos fantásticos de Bécquer (El rayo de luna, Los ojos verdes…) encontramos este modelo: 
"Después de un largo silencio, que sólo interrumpía el chirrido de la hoja al resbalar sobre la pulimentada madera, el joven exclamó, dirigiéndose a su servidor, como si no hubiera escuchado una sola de sus palabras: -Iñigo, tú que eres viejo, tú que conoces las guaridas del Moncayo, que has vivido en sus faldas persiguiendo a las fieras, y en tus errantes excursiones de cazador subiste más de una vez a su cumbre, dime: ¿has encontrado, por acaso, una mujer que vive entre sus rocas? 
 -¡Una mujer! -exclamó el montero con asombro y mirándole de hito en hito. 
-Sí -dijo el joven-, es una cosa extraña lo que me sucede, muy extraña... Creí poder guardar ese secreto eternamente, pero ya no es posible; rebosa en mi corazón y asoma a mi semblante. Voy, pues, a revelártelo... Tú me ayudarás a desvanecer el misterio que envuelve a esa criatura que, al parecer, sólo para mí existe, pues nadie la conoce, ni la ha visto, ni puede dame razón de ella[…] 
Sobre una de estas rocas, sobre la que parecía próxima a desplomarse en el fondo de las aguas, en cuya superficie se retrataba, temblando, el primogénito Almenar, de rodillas a los pies de su misteriosa amante, procuraba en vano arrancarle el secreto de su existencia. Ella era hermosa, hermosa y pálida como una estatua de alabastro. Y uno de sus rizos caía sobre sus hombros, deslizándose entre los pliegues del velo como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestañas rubias brillaban sus pupilas como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.
 Cuando el joven acabó de hablarle, sus labios se removieron como para pronunciar algunas palabras; pero exhalaron un suspiro, un suspiro débil, doliente, como el de la ligera onda que empuja una brisa al morir entre los juncos. 
 -¡No me respondes! -exclamó Fernando al ver burlada su esperanza-. ¿Querrás que dé crédito a lo que de ti me han dicho? ¡Oh, no!... Háblame; yo quiero saber si me amas; yo quiero saber si puedo amarte, si eres una mujer... -O un demonio... ¿Y si lo fuese? 
El joven vaciló un instante; un sudor frío corrió por sus miembros; sus pupilas se dilataron al fijarse con más intensidad en las de aquella mujer, y fascinado por su brillo fosfórico, demente casi, exclamó en un arrebato de amor: -Si lo fueses.:., te amaría..., te amaría como te amo ahora, como es mi destino amarte, hasta más allá de esta vida, si hay algo más de ella. -Fernando -dijo la hermosa entonces con una voz semejante a una música-, yo te amo más aún que tú me amas; yo, que desciendo hasta un mortal siendo un espíritu puro. No soy una mujer como las que existen en la Tierra; soy una mujer digna de ti, que eres superior a los demás hombres. Yo vivo en el fondo de estas aguas, incorpórea como ellas, fugaz y transparente: hablo con sus rumores y ondulo con sus pliegues . 
Yo no castigo al que osa turbar la fuente donde moro; antes lo premio con mi amor, como a un mortal superior a las supersticiones del vulgo, como a un amante capaz de comprender mi caso extraño y misterioso. Mientras ella hablaba así, el joven absorto en la contemplación de su fantástica hermosura, atraído como por una fuerza desconocida, se aproximaba más y más al borde de la roca. La mujer de los ojos verdes prosiguió así: 
 -¿Ves, ves el límpido fondo de este lago? ¿Ves esas plantas de largas y verdes hojas que se agitan en su fondo?... Ellas nos darán un lecho de esmeraldas y corales..., y yo..., yo te daré una felicidad sin nombre, esa felicidad que has soñado en tus horas de delirio y que no puede ofrecerte nadie... Ven; la niebla del lago flota sobre nuestras frentes como un pabellón de lino...; las ondas nos llaman con sus voces incomprensibles; el viento empieza entre los álamos sus himnos de amor; ven..., ven. " ( Bécquer: Los ojos verdes 
c) La mujer lectora 
 Se convierte en un personaje repetido en las novelas de esta época. Pero no se las toma en serio. 
" Estaba tan acostumbrada a las brutalidades de John Reed, que ni siquiera se me ocurría replicar a sus injurias y sólo me preocupaba de los golpes que solían seguirlas. 
 -¿Qué hacías detrás de la cortina? -preguntó. 
 -Leer. 
 -A ver el libro. Lo cogí de la ventana y se lo entregué .
 -Tú no tienes por qué andar con nuestros libros. Eres inferior a nosotros: lo dice mamá. Tú no tienes dinero, tu padre no te ha dejado nada y no tienes derecho a vivir con hijos de personas distinguidas como nosotros, ni a comer como nosotros, ni a vestir como nosotros a costa de mamá. Yo te enseñaré a coger mis libros. Porque son míos, para que te enteres, y la casa, y todo lo que hay en ella me pertenece, o me pertenecerá dentro de pocos años. Sepárate un poco y quédate en pie en la puerta, pero no lejos de las ventanas y del espejo. Le obedecí, sin comprender de momento sus propósitos. Reparé en ellos cuando le vi asir el libro para tirármelo, y quise separarme, pero ya era tarde. El libro me dio en la cabeza, la cabeza tropezó contra la puerta, el golpe me produjo una herida y la herida comenzó a sangrar. El dolor fue tan vivo que mi terror, que había llegado a su extremo límite, dio lugar a otros sentimientos. -¡Malvado! -le dije-. Eres peor que un asesino, que un negrero, que un emperador romano." (Charlotte Brontë: Jane Eyre 
 
Grandes personajes de este siglo son los siguientes: 
- María Estuardo (María Estuardo de Friedrich Schiller Fecha publicación: 1801.) Schiller dio a su heroína un carácter romántico. Ve sobre todo en la protagonista su irresistible belleza, de la que ella misma es víctima y que arrastra al abismo, juntamente con ella, a todos cuantos la aman. Su destino es encender violentas pasiones y sucumbir a su vez a la pasión. 
- Margarita Gautier (La dama de las camelias de Alejandro Dumas hijo Fecha publicación 1848 ) Margarita Gautier es el nombre que Dumas le da en la ficción a Marie Duplessis, hija de porteros y convertida en refinada cortesana. Convertida en "la Dama de las Camelias", Margarita se eleva hacia el amor puro. Es un amor casi materno, que rechaza al final de su vida para no dañar a su joven amante. 

 6. EL SIGLO XIX: REALISMO Y FIN DE SIGLO 
Las mujeres pasan a ser las grandes protagonistas debido también al mayor número de mujeres novelistas.  Suelen ser personajes complejos y destacan los siguientes tipos: 
 a) la mujer infiel 
Ana Karenina, Mme Bovary, La regenta, Fortunata y Jacinta son  mujeres con una gran personalidad y que sufren el encierro de la sociedad provinciana 
 • Emma Bovary (Madame Bovary , Gustave Flaubert .Fecha publicación 1857 ) Madame Bovary es algo más que un personaje literario. Su peripecia inaugura una temática (la de la mujer adúltera) que va a tener réplicas en muchos países a lo largo del siglo XIX. Emma acaba siendo una víctima de las ansias de pasión. Su matrimonio con un viudo, aburrido tal vez, pero bondadoso y enamorado de ella, la fatiga pronto y la precipita en los brazos de amantes que nunca están a la altura de lo que ella desea y acaban huyendo de su lado atemorizados ante esta mujer imposible de dominar. Y es que Emma, confundida por sus lecturas adolescentes de novelas románticas, busca un hombre ideal que no existe en la realidad. 
 • Ana Karénina  (Ana Karénina, León Nicolaievich Tolstoi. Fecha publicación 1877) Ana Karénina representa el amor en forma de fuerza violenta y subyugadora, áspera y esencialmente henchida de sensualidad. La característica de Ana Karénina es el halo de seducción que la rodea, que revelará como una "seducción infernal". Su drama es el de un amor que nace de aquella misma sociedad en la que vive. • Ana Ozores (La Regenta , Clarín. Fecha publicación 1884-1885). Ana Ozores, huérfana criada entre la mezquindad de unas viejas tías, se ve obligada a casarse con el Regente, hombre poco útil, por edad y carácter, para las ilusiones de un amor juvenil. Pronto se ve acosada por dos hombres, el "Don Juan" de la pequeña capital y el Magistral de la Catedral, un ambicioso clérigo. La Regenta, entre ambos, se hunde en un abismo sin remedio de sufrimiento y horror.
"Ana también tenía su secreto. Su piedad era sincera, su deseo de salvarse firme, su propósito de ascender de morada en morada, como decía la santa de Ávila, serio; pero la tentación, cada día más formidable. Cuanto más horroroso le parecía el pecado de pensar en don Álvaro, más placer encontraba en él. Ya no dudaba que aquel hombre representaba para ella la perdición, pero tampoco que estaba enamorada de él cuanto en ella había de mundano, carnal, frágil y perecedero. 
 Ya no se hubiera atrevido, como en otro tiempo, a mirarle cara a cara, a verle a su lado horas y horas, a probarle que su presencia la dejaba impasible; no, ahora huir de él, de su sombra, de su recuerdo; era el demonio, era el poderoso enemigo de Jesús. No había más remedio que huir de él, esto era humildad; lo de antes, orgullo loco. A la gracia y sólo a la gracia debía el vivir pura todavía; abandonada a sí misma, Ana se confesaba que sucumbiría; si el Señor aflojara la mano un momento, don Álvaro podría extender la suya y tomar su presa. 
Por todo lo cual no quería ni verle. Pero, sin querer, pensaba en él. Desechaba aquellos pensamientos con todas sus fuerzas, pero volvían. ¡Qué horrible remordimiento! ¿Qué pensaría Jesús? Y también, ¿qué pensaría el Magistral... si lo supiera? A la Regenta le repugnaba, como una villanía, como una bajeza, aquella predilección con que sus sentidos se recreaban en el recuerdo de Mesía apenas se les dejaba suelta la rienda un momento." (Clarín, La regenta. Cap XXII 
 b) la mujer fatal. 
Surge a finales de siglo. Se trata de una mujer insaciable que lleva al hombre a la perdición Flaubert. Así lo vemos en  La tentación de san Antonio:
" ¡Oh, si quisieras! ¡Si tú quisieras!... Poseo un pabellón sobre un promontorio, en medio de un istmo, entre dos océanos. Se halla recubierto de placas de cristal, tiene el suelo enlosado con escamas de tortuga y se abre a los cuatro vientos del cielo. Desde lo alto, veo cuándo vuelven mis flotas y a las gentes de mi pueblo que suben la colina con fardos a la espalda. Dormiríamos sobre plumones más mullidos que nubes, beberíamos bebidas frías en cortezas de frutas y miraríamos el sol a través de las esmeraldas. ¡Vente conmigo!" (Flaubert,La tentación de san Antonio )

 NOVELAS PARA MUJERES 
En el siglo XIX La novela romántica con final feliz, debe atenerse a dos normas: 
1.ª La historia debe centrarse en la relación y el amor romántico que surge entre dos personas. Pueden existir otras subtramas, pero la historia de amor debe seguir siendo el tema principal. 
2.ª El final de la historia debe ser positivo, y su relación perdurará por el resto de sus vidas. 
El perfil de la lectora promedio  era el de  una mujer burguesa de clase media o alta con una cierta cultura y ansias de aprender 
 Orgullo y prejuicio (1813), escrito por Jane Austen,  Cumbres borrascosas ( 1847), de Emily Brontë (Gran Bretaña, 1818-1848), y  Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë (Gran Bretaña, 1816-1855) son consideradas como novelas románticas clásicas 

 7. EL SIGLO XX 
 a) Características de esta nueva visión de la mujer
- La relajación de las relaciones entre los sexos . 
- La permanencia de los ideales y prejuicios del pasado sobre la mujer cuentan con la influencia de las nuevas teorías: la frenología y el psicoanálisis 
- El orden, la norma, la estabilidad, seguían siendo patrimonio masculino. 
- Toda novedad y en especial toda novedad amenazante se identifica con lo femenino.
Observar las costumbres femeninas es como comprobar las drásticas transformaciones del mundo en el siglo XX. Rafael Cansinos-Assens en El movimiento (1921) se pregunta: “¿Por ventura vuestra sombra no os advierte de que el tiempo ha cambiado? ¿No veis el abismo que la trinchera ha cavado entre el ayer y el mañana? Las mujeres han cercenado sus cabellos, que eran el ayer, y han acortado la longitud de sus vestiduras para mostrar descubiertas sus piernas, instrumentos de la velocidad. Los hombres han inventado relojes rapidísimos que alteran la medida del tiempo; el automóvil, el aeroplano y el revólver que cantan la hora más vertiginosa.” (1921: 10) 
- Las mujeres son figuras transgresoras. Su modernidad está representada tanto por su aspecto exterior de garçonne como por sus actitudes de independencia y osadía.
- El rechazo del amor romántico y del sentimentalismo
 La idea de la transgresora castigada, de los peligros que acarrea la modernidad abrazada sin cautela, es también bastante frecuente. 
 b) Modelos de mujer a partir de los años 20 
A partir de esta época queda ya establecido un modelo de mujer que pervivirá con distintos matices a lo largo del siglo: 
 - la mujer independiente socialmente. 
Constance Chatterley . (El amante de Lady Chatterley, David Herbert Lawrence. Fecha publicación 1928). Su autor quiso reflejar en Lady Chatterley las dificultades que la mujer moderna debe arrostrar para resolver su situación frente a los problemas de la vida, que para ella se identifican en gran parte con los del amor y el sexo.
 -  la madre .
Anne Fierling ( Madre Coraje y sus hijos , Bertolt Brecht. Fecha publicación 1939).  Anne Fierling es el nombre de Madre Coraje. En el nombre recoge dos notas caracterizadoras de su personalidad, las mismas que le proporciona el nimbo de grandeza que la rodea: la maternidad y el coraje, virtud indispensable a los que trabajan. Porque ella pertenece a ese grupo mayoritario de los pobres que con su carreta y sus hijos sigue en la guerra de los treinta años igual al ejército protestante sueco como al católico imperial. 
 Yerma ( Yerma. Federico García Lorca. Fecha publicación 1934) Yerma es la madre fracasada, la mujer estéril. Del binomio mujer-madre, Yerma se siente únicamente "madre", y esta es la razón por la que se entrega al marido. Cuando él le declara que no quiere hijos, sino que en ella sólo busca a la mujer, se derrumba toda su vida material y espiritual. 
 - la mujer sensual
Lolita (Lolita, Vladimir Nabokov. Fecha publicación 1958) Uno de los mitos eróticos del siglo XX. De hecho, la sensualidad de la niña de 11 años no está más que en la mirada de Humbert, el maduro caballero europeo que desde siempre ha sentido una perversa atracción hacia las niñas. Porque Lolita es una niña vulgar, que masca chicle y tiene una nada seductora mentalidad infantil. Es consciente del deseo que provoca en Humbert y juega con él manipulándolo a través de los celos. Cuando tras una larga separación se reencuentran, Lolita es una mujer casada, pero él sigue obsesionado hasta el punto de matar a quien la corrompió. 
 c)La evolución de la mujer en España :Miguel Delibes
De diferentes naturalezas y en distintas situaciones, las mujeres delibianas mantienen su lucha con un entorno que quiere despersonalizarlas y privarlas de su capacidad de decisión. Este proceso evolutivo conlleva una dialéctica con el mundo, muchas veces cargada de dramatismo, pero siempre salvadora
 - Años cuarenta y cincuenta, (El Camino) La mujer se halla circunscrita al ámbito doméstico. Le son asignadas unas funciones bien concretas: – ser la armonizadora del hogar y – educar a los hijos, siempre segúnlos dictados del cabeza de familia. Queda relegada a la categoría de ciudadano de segunda. d) Las consignas de la condición femenina: docilidad, modestia, ingenuidad. 
-  Años sesenta y setenta Van a producirse transformaciones y cambios en la sociedad española. 
E·l universo femenino, hasta ahora en la sombra, irrumpe en el panorama español demandando igualdad frente a discriminación. El personaje de Mamá de El príncipe destronado (1973), es ya consciente de la discriminación que padece. Perteneciente a la clase acomodada, padece el menosprecio de un marido prepotente .
En el conjunto narrativo de Delibes se desprende una denuncia de la opresión femenina y la defensa explícita del derecho a la propia identidad. 
-  Javier Marías ( años 90)muestra personajes más difuminados que los masculinos pero con una gran carga emocional 

 8. EL SIGLO XXI 
El estado de igualdad nos introduce  pioneras como policias y detectives. Lorenzo Silva ( El alquimista impaciente) realiza un acercamiento a un mundo propio de hombres. Esa  mujer detective no tiene la importancia que se merece y  frente a las poco agraciadas detectives de otras épocas (Miss Marple) ahora ya no entra en conflicto su sexualidad con su cerebro 
Otras obras denuncian  la violencia en la mujer en el mundo occidental,. Stieg Larsson muestra en un país tan civilizado como Suecia la violencia y odio contra la mujer. Confirma que los malos tratos contra las mujeres no son ocasionales, sino parte de la sociedad europea 
En la literatura oriental  Mil soles espléndidos, de Khaled Hosseini, refleja la evolución de los derechos de la mujer en Afganistan y nos acerca a una dura realidad social

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